Warsito alimenta a los mosquitos todos los días con su propia sangre. Esto puede parecer algo extraño, pero para Warsito y otras personas que trabajan para World Mosquito Program en todo el mundo, es un acontecimiento cotidiano, normal y seguro.
World Mosquito Program cría mosquitos Aedes aegypti que contienen la bacteria Wolbachia, que bloquea la transmisión de virus entre las personas. A medida que criamos a los mosquitos en nuestros laboratorios, debemos mantenerlos alimentados y saludables hasta que estén listos para ser liberados, y para lograrlo necesitamos darles su fuente de alimento: sangre.
Warsito se unió a World Mosquito Program en 2012, ayudando a establecer y lanzar el primer proyecto en Indonesia, en la hermosa ciudad de Yogyakarta.
Las personas de Yogyakarta son amables y cálidas, y una vez que supieron que la Wolbachia era un método seguro y natural para proteger a sus familias de enfermedades mortales, dieron la bienvenida al proyecto con los brazos abiertos; ¡incluso dejaban la llave debajo del tapete de la puerta principal para que Warsito y su equipo pudieran revisar las trampas de monitoreo de mosquitos instaladas por los miembros de la comunidad! La confianza que se ha creado entre Warsito, su equipo y la comunidad es obvia.
"Incluso cuando no estaban en casa, a veces dejaban las llaves afuera o con sus vecinos y una nota que decía, "coloque las llaves aquí y pase". Es decir, nos tienen confianza", dice Warsito.
Warsito ha participado en muchos aspectos del proyecto: en la crianza de mosquitos (es entomólogo, un científico que estudia los insectos), participación comunitaria, organización de eventos, colaboración con socios y alianzas con los gobiernos locales y nacionales.
"Y las claves fueron cómo construir la comunicación y la transparencia. Esas son las más importantes. El mejor resultado es cuando juntos desarrollamos el conocimiento sobre el proyecto", dice Warsito.