Leticia vive desde hace más de 20 años en La Paz, capital de Baja California Sur, en México. "Me encanta vivir aquí, siempre hace calor y uno anda toda sudorosa, pero no me importa... es lo que me hace sentir en casa". El ambiente seco y las altas temperaturas de la zona parecerían poco amigables para la proliferación de mosquitos, sin embargo, es precisamente la escasez de agua lo que provoca que los habitantes almacenen, como pueden, agua en sus hogares y con ello crean un ambiente propicio para la reproducción de mosquitos.
"Mi nombre es Leticia Enciso Zamora, pero nadie me conoce así, aquí todos me llaman Mamá Lety. Cuando voy por la calle y alguien me saluda así ya sé que me conoce porque trabajó conmigo o yo fui a su casa. Todos mis conocidos vienen por los zancudos, y puedo decir que en un momento gracias a esos pequeños animalitos mi familia y yo tuvimos comida en la mesa."
Mamá Lety nos cuenta cómo, estando embarazada, de un día a otro se quedó a cargo de sus tres hijos, luego de que su marido la abandonara. "Me dije: a ver, no vas a ser ni la primera ni la última a la que el hombre se le vaya, así que a buscar cómo salir adelante".
Según datos del Sector Salud en México, el número promedio de casos de dengue por año en el país es de 79 mil, aunque los investigadores creen que en realidad podría ser de entre 10 a 36 veces mayor. El mosquito transmisor del dengue, Aedes aegypti, es también vector para enfermedades como el Zika, chikungunya y la fiebre amarilla. Al picar a una persona enferma, el mosquito toma el virus que contiene la sangre contaminada y lo transmite a la siguiente persona que muere. Así, el mosquito no se enferma, sólo sirve para pasar de una persona a otra el virus.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el dengue es la enfermedad más crítica transmitida por mosquitos y ha tenido un rápido aumento en los últimos 50 años. El World Mosquito Program descubrió que, cuando el mosquito Aedes aegypti tiene la bacteria Wolbachia en su interior, ésta compite con los virus que también están en el mosquito, lo que dificulta la reproducción de los virus y con ello se reduce la transmisión de las enfermedades.
"Yo ya llevaba años recorriendo las calles de la ciudad con mis "hijas", las muchachas que trabajan en mi equipo... ellas mismas me decían que era como su mamá porque siempre cuidaba que no hicieran locuras mientras nos movíamos de una colonia a otra. Yo las veía como mis niñas, porque pensaba que mis hijos estaban solos en casa y ojalá también alguien los cuidara."
Gracias a su empeño por conservar su trabajo y apoyar a la comunidad, Mamá Lety ganó reconocimiento entre sus jefes. "Me dijeron que andaban buscando gente que supiera de mosquitos y dije "ah pues yo de eso sí conozco". Se ríe, con un dejo de timidez. "Ahora me acuerdo y me da pena... porque yo sabía de andar en la calle y explicar métodos de prevención, pero trabajar en un laboratorio, encerrada todo el día y clasificando larvas pues no, de eso no sabía nada... ¡pero lo aprendí!"
Las actividades de Mamá Lety dentro del World Mosquito Program mantienen vivo su sentimiento maternal. "Me creo la mamá de miles de mosquitos. Yo me encargo de clasificar las larvas, hacer el conteo de mil quinientas por cada charola y después las ponemos en agua y comida. Las cuidamos por 5 días hasta que ya salen como pupas; un día después surge un zancudo adulto con la bacteria Wolbachia en su interior".
A la fecha, más de 5 mil voluntarios han apoyado en la liberación de mosquitos en La Paz, coordinados por 84 integrantes del proyecto liderado por el World Mosquito Program y el Sector Salud local y estatal.
"Tengo 51 años y he visto a mucha gente enferma de dengue. Mis tres hijos se enfermaron, uno de ellos casi se muere. Los hospitales estaban saturados con enfermos de dengue así que tuve que cuidarlo en casa, con medicina y remedios naturales. Si de alguna forma podemos disminuir o terminar con esta enfermedad sería una bendición, no sólo para La Paz, sino para otros estados de México donde el dengue mata a mucha gente" finaliza Leticia Enciso Zamora o mejor dicho, Mamá Lety, porque ya también nos adoptó.