Vivir con el Zika: la historia de una familia salvadoreña | El futuro de El Salvador World Mosquito Program Ir al contenido principal

Fecha de publicación: 14 Jul 2021 

"Oír llorar a mi bebé fue lo más hermoso que me pudo haber pasado", dice Silvia, una madre de 26 años que vive en Metalío, al oeste de El Salvador. 

Esto es algo que la mayoría de las madres dirían cuando nacen sus bebés. Pero a Silvia le dijeron que su hija "no tenía esperanza de vida" y que quizá ni siquiera lloraría al nacer.

Corría el año 2016. El año en que la nación centroamericana se enfrentó a un brote de Zika y más de 350 mujeres embarazadas como Silvia descubrieron que ellas y sus bebés estaban infectados por el virus del Zika, una enfermedad transmitida por mosquitos.

 

Francisca, la hija pequeña de Silvia, nació con la mayoría de estos síntomas. Sin embargo, en la actualidad, Silvia rebosa de alegría al declarar que su hija -o "la pequeña", como la llama cariñosamente- es la mayor motivación de su vida.

Esa motivación comenzó durante su embarazo, tras enterarse de que el Zika afectaba a su hija, un momento que describe como uno de los más duros que ha vivido.

"Su cabeza era muy pequeña a los seis meses y no crecía, pero ahora ha crecido y todo el mundo se asombra al verla. Incluso cuando interactúan, ella siempre está contenta. Me llena de alegría cuando me dicen: ¡Qué guapa está tu niña!", dice Silvia mientras su hija se ríe al verla.

¿Su mayor esperanza ahora? Ver a Francisca caminar, feliz y realizada. Para conseguirlo, Silvia recurre al mayor amor del mundo: el amor de una madre.

"Nos despertamos, le doy de comer y empezamos a pasar tiempo juntos. Bailamos, cantamos. Hago una terapia completa todos los días, y ella es la que más disfruta porque es feliz y no molesta a nadie", explica sonriente, con Francisca en brazos, frente a su casa rodeada de frondosos árboles de mango.

La terapia consiste en 40 minutos en los que Francisca utiliza una pelota y Silvia estira las piernas de su hija para mejorar el movimiento y relajar los músculos. Pero no sólo Silvia ayuda a su hija. Francisca también les ha ayudado a ella y a su marido. Les ha acercado y les sigue uniendo, dice Silvia.

"Mi pareja, su familia y mi familia la adoran. No la discriminan en absoluto y todos la tratan bien. De hecho, mi padre dice que es su nieta favorita", añade contenta. 

A pesar de lo que pasó su familia, Silvia considera que la mayoría de la gente de su comunidad no es consciente de los riesgos que puede causar un mosquito transmisor del Zika, aunque su entorno ofrece el escenario perfecto para que los mosquitos se reproduzcan: agua y calor. 

Ya en 2016, Metalío hacía equipo con promotores de salud y médicos difundiendo mensajes sobre los riesgos del Zika -que era nuevo- y cómo prevenir contagiarse. 

El Ministerio de Salud de El Salvador hizo un esfuerzo notable, ya que tenía experiencia en la lucha contra otras enfermedades transmitidas por mosquitos, como el dengue, la chikungunya y la malaria. 

Más información sobre la historia de la comunidad de Zika en El Salvador 

Francisca
 

"Nos enfocamos en tres actividades específicas como son el control vectorial (fumigación), educación (pláticas sobre el uso del condón, repelente y mosquiteros) y atención directa a casos sospechosos y reportados" compartió la Dra. Cecilia Díaz del Ministerio de Salud.

En 2021, El Salvador ha registrado hasta ahora 39 casos sospechosos de Zika, un 62% menos que el año anterior. Esto puede significar que los casos disminuyeron a medida que las personas adoptaron buenas prácticas sanitarias para prevenir infecciones o que la notificación se ha visto obstaculizada por la pandemia de COVID-19.

Lo que sigue siendo cierto es que el Zika cambia la vida de las personas. 

"Mi hija me ha demostrado que es muy valiente", repite Silvia, cuya lucha de su hija por sobrevivir la ha hecho más fuerte y la inspira para terminar sus estudios de fisioterapia una vez que Francisca pueda valerse por sí misma.  

¿Quiere saber más sobre el World Mosquito Program y nuestro método sostenible y basado en la naturaleza Wolbachia ?