Fecha de publicación: 09 February, 2022
De niña, estudiar era la segunda pasión de María Patricia. La primera -la que la llevó a estudiar medicina y doctorarse en la prestigiosa Universidad Johns Hopkins- era, y sigue siendo, apoyar a su comunidad.
En Colombia, como en la mayor parte de América Latina, la equidad y el acceso a la educación son problemas estructurales que los gobiernos tratan de resolver, junto con otras cuestiones económicas y sociales. La mayor parte de su población tiene entre 14 y 18 años, por lo que mantener escolarizados a algo más de 11 millones de adolescentes puede suponer un gran reto. El problema se agrava en el nivel universitario y aún más en los sectores de investigación, donde los recursos son escasos.
"Llegué a la ciencia motivada por el trabajo comunitario y de salud pública. Desde muy joven colaboré en acciones de apoyo comunitario en zonas apartadas de la ciudad de Cali. Allí aprendí cómo enfermedades como el el dengue pueden ser devastadoras para las familias y eso me impresionó mucho... por eso quise estudiar medicina y, 30 años después, lo que me mantiene en el campo, ahora con el World Mosquito Program."
La doctora habla despacio y con calidez, como si estuviera leyendo un cuento en el que la pequeña María Patricia crece y se convierte en la primera decana de una universidad muy importante de Colombia.
"El acceso a la enseñanza superior en nuestros países es un privilegio. Cuando me presenté a la universidad para estudiar Medicina, sólo un tercio del grupo estaba formado por mujeres, porque en el proceso de selección para la admisión algunos profesores afirmaban que una mujer médico sería, al final, una pérdida de tiempo, ya que acaban marchándose para cuidar de sus hijos y maridos."
Sin embargo, esto ha cambiado con el tiempo, señala: "Durante mis estudios, recuerdo que mi profesora fue la Dra. Elena Espinoza Restrepo, que fue la primera directora del Programa de Salud del Adulto y de promoción de la salud de la Organización Panamericana de la Salud. Para mí, ella fue un ejemplo de cómo una mujer puede marcar la diferencia en la educación especializada".
Gracias a su interés por la epidemiología y con un Máster en Salud Pública ya en su creciente currículum, fue invitada a realizar un curso de verano en la Universidad John Hopkins de Estados Unidos, donde más tarde recibiría una beca para realizar su doctorado en epidemiología.
"Cuando regresé de Estados Unidos, me promovieron un doctorado en salud pública y epidemiología y un grupo de investigación en epidemiología reconocido en el país por su excelencia. Logramos ambos retos y me convertí en el primer decano en 50 años de la Facultad Nacional de Salud Pública de Antioquia."
Tras 30 años de servicio en la Universidad, se jubiló, no para quedarse en casa, sino para convertirse en consultora independiente en áreas de investigación. Así es como llegó al World Mosquito Program proyecto en Colombiapara supervisar la eficacia del Wolbachia Métododesde una perspectiva epidemiológica.
"Trabajo muy estrechamente con el equipo de datos. Es crucial para el futuro del proyecto determinar la presencia de nuestros mosquitos tras las sueltas y hacer un seguimiento científico de su presencia en los meses siguientes. Wolbachia mosquitos tras las sueltas y hacer un seguimiento científico de su presencia durante los meses siguientes. El equipo de WMP está muy comprometido con la comunidad y se trata de un nuevo enfoque para luchar contra las enfermedades transmitidas por mosquitos, una solución verdaderamente innovadora".
"Cuando me enteré de lo que hacía WMP , me pareció algo muy novedoso: era una forma más ecosistémica de enfocar la situación de la salud pública. Pensar que un problema tan grande de salud pública en los centros urbanos podía abordarse desde una perspectiva ecológica, segura, sostenible, reconociendo que el hombre no es el centro de los seres vivos, que formamos parte de una delicada relación entre todos los seres vivos del planeta. Ha sido innovador y muy gratificante para mí".
Contar con mujeres inspiradoras que se comprometen con la sociedad hizo que su ambición de educarse se sintiera más como una responsabilidad social debido al sistema educativo excluyente.
"Se van a cumplir 40 años desde que terminé mis estudios de medicina y, para mí, solidarizarme con el dolor de la gente no es una debilidad... me empujó a estudiar y a buscar aprender más para ayudar a mi comunidad y es algo que siempre busco transmitir a todos mis alumnos y futuros científicos: estudien mucho y aprovechen todas las oportunidades para ser mejores ciudadanos de este planeta."
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